viernes, 13 de junio de 2008
Ay de mi...
Que tengo un dolorcito, que no se como llamarlo. Una serpiente en mi espalda dibujada por tus manos. Todo el vino de tus memorias en tus palabras y en tu boca. Cuentame que pensaste en mi cuando atravesaste el valle. Y apunta tus libros en mis notas. Si lo que me has dicho me ha dolido, lo que adivino me trae arrastrándome. Ni siquiera puedo componer una fantasía para acercarme. Como me duele carajo. A ver si el vino me revela algo, a ver si puedo seguir sonriendo a tus palabras, a ver si el tiempo hace su trabajo y mi sangre no se detiene.
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