miércoles, 25 de julio de 2007

un espacio no mencionado

Me pusiste al tanto de tu vida, y la velocidad de nuestra conversación no era suficiente para la prisa que teníamos por unirnos. Por reconocernos en el tiempo, los problemas y el trabajo. Me sentí ricamente cansada al despedirnos. Confirmando el milagro que sucede al hablarnos. Siempre ha habido un espacio que no nos hemos atrevido a llenar. Un segundo plano de existencia que nos pertenece y que nunca se ha mencionado.
Seguiré teniendo sed de ti.

posé mi mente en ti

Es hermoso el color de tu piel, recordarla colorea toda la imagen de dorado.
Era un color derramado y palpitante. En movimiento siempre.
Que alegría recordar el movimiento de tus manos con las que me pintabas el mundo en tu cabeza. Girabas tus dedos y tenía yo que seguirlos para entender la historia o la anécdota completa. Eso es gracia! Cuando el calor seco me agobia y se me olvida como era antes de esta sequía... busco tus manos y me bebo el dorado de tu piel para refrescarme un poco. Sí siento nostalgia pero me alegra pensar en ti. En la dicha de conocerte y de seguir teniendo el exacto timbre de tu voz en mi memoria. Te digo gracias por tu belleza, por tu sontisa, por fluir en medio de las cosas y compartirme la elegancia de tus manos.