Pobre angel, angel oscuro... tan poderoso.
Tú recuerdas tu gloria, tu conoces tu poder y tu impotencia. En tu memoria está aquella dulce inocencia pero no puedes sentirla en el recuerdo, solo lo sabes. Has actuado conmigo lo que recuerdas, pero al final estas vacío. Diste un pequeño salto y dejaste atrás la luz. Has querido conocer más allá de los límites, apostaste por no tener miedo o por sentirlo todo al mismo tiempo y te perdiste.
Dices ser humilde y sencillo, pero dos segundos en tus ojos me revelan 10 mil vidas agonizado. Exploras los confines con tu mente poderosa, pero tus pies se arrastran lamiendo el suelo, jalando tu polvorosa alma.
Que convulsa tu presencia que me vendiste con una palabra y una promesa. Un segundo y vi la no vida. De ahí corri con mi alma a toda prisa al drama terrenal, sencillo y seguro por donde trasmina la luz.
Soy drama lo has dicho, que no infierno, lo tengo claro. Adios.
jueves, 28 de agosto de 2008
viernes, 13 de junio de 2008
Ay de mi...
Que tengo un dolorcito, que no se como llamarlo. Una serpiente en mi espalda dibujada por tus manos. Todo el vino de tus memorias en tus palabras y en tu boca. Cuentame que pensaste en mi cuando atravesaste el valle. Y apunta tus libros en mis notas. Si lo que me has dicho me ha dolido, lo que adivino me trae arrastrándome. Ni siquiera puedo componer una fantasía para acercarme. Como me duele carajo. A ver si el vino me revela algo, a ver si puedo seguir sonriendo a tus palabras, a ver si el tiempo hace su trabajo y mi sangre no se detiene.
viernes, 7 de marzo de 2008
que ordinaria soy...
Hoy pensé en ti de semáforo a semáforo. Es un tiempo corto. Pero es lo único que me acuerdo de ese trayecto. Me has inspirado tanto! Todas las aventuras de tu vida! Y los segundos compartidos casi irreales. Y en tu cumpleaños llevé cerveza sin alcohol... mi propia cerveza... Porque estaba enferma. Que ordinaria soy... Y en ese semáforo pensé en todos los libros que podría regalarte, seleccioné, dudé... quité... deseé ser culta, me arrepentí de no haber leído más y de todos los libros de los que he escuchado y prometí leer y ya ni siquiera recuerdo el título. Así hubiera tenido mejores opciones para ofrecerte. Qué ordinaria soy, y busco en mis recuerdos los más bonitos para contarte y busco en mis sueños, los más luminosos para compartirte. Y siempre espero ver tus fotos y saber a donde fuiste e imaginar un poquito tus pasos por esas calles. Siempre serás tú quien me sorprenda y pensaré en tu vida con dulce tristeza de saber que tal vez si tengo suerte me contarás solo a mi y solo a mi alguno de tus viajes. Entonces seré un poquito especial.
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